Confesiones de principio de año.
Mi año nuevo no fue nada como lo había pensado, ni Rage, ni Danceland, ni siquiera un carrete producido por alguien conocido. Tan solo fue en la casa de mi viejo, donde el tiempo es anacrónico y las horas pasan de una manera distinta a las de cualquier lugar.
Me llamaron, y las invitaciones no las acepte, pero preferí quedarme donde las nostalgias eran más claras, donde los años nuevos se pasaban con toda la familia. Pero ahora esta familia estaba segmentada por todo el mundo. Habían envejecido y ya no se podía hacer nada contra ello, todos tomaron caminos distintos por los cuales nadie los podía acompañar, mas que sus señoras, claro.
El MSN suena y suena, invitándome a lugares tan proponedores como irme a la playa, nada lo acepto porque nada me parece convencedor. Quiero estar en algún lugar donde el sol se demore en esconder, como en el principito. Aun me siento así, en el lugar donde todo es posible y las brechas de lo que jamás lograremos esta demasiado lejos como para cumplirlo. Es rico sentirse así, es rico sentirse pequeño.
Son las 4 de la madrugada y ya siento que he escuchado bastantes historias como para escribir un libro, esos cuentos que te los regalan los amigos en las cunetas de las calles, las conversaciones de barrio. Por supuesto todos borrachos.
Los impredecibles ahora no están, todos haciendo de su año nuevo un día especial. Pero yo aun no los puedo encontrar, todos están bailando al ritmo de la sonora tommy rey y yo sentado frente a la pantalla del computador, esperando que las letras vayan saliendo solas, como por arte de magia.
El whisky ya me hace efecto, supongo que el Máximo esta en las misma que yo. Nos prometimos tomar solamente eso durante esta fiesta, esta jarana que aun no termina porque así somos los chilenos, pegándonos el reventón al final de año. Empezamos súper bien, tomamos la mejor champaña y comiendo los mejores platos, pero luego, a medida que pasan las horas, terminamos igual que cualquier individuo. Comiendo en el negocio, “la pica del tío”, buen completo con chukrut .
Ya me canso de escribir, claro, estoy curado y a eso no se puede quitar con nada. Bueno, para eso esta el KGB, pero es muy re caro y no estoy cerca de una farmacia como para comprarlo.
No se porque crestas escribo en este blog, pero es chori y supongo que lo seguiré haciendo este año.
31 diciembre 2005
29 diciembre 2005
Bonne année pour tout!
Y se va el año, con starway to heaven de led zeppelín 8 minutos antes del conteo final, del despegue de los misiles chinos, esos que iluminan un Santiago esperanzado por el próximo año, a un país que se siente pequeño frente al estruendoso sonido y la iluminación (por algunos segundos) de los fuegos artificiales.
Luego miro un cielo lleno de pólvora y no logro ver nada más que humo, entre lo negro aún así veo estrellas débiles e insignificantes por el espectáculo recién presenciado. Bajo la cabeza y una copa llena de champaña espera ansiosa en mi mano. La miro por un rato y observo las burbujas muriéndose en la superficie.- Otro año se fue y ahora empezamos a sacar las cuentas.-
Las imágenes comienzan a correr rápido en mi mente y todas se empiezan a aglomerar en mi retina. La playa, el colegio, las fiestas, lo que hice bien o mal, todo eso se viene de un solo golpe.
Mientras todos se divierten y evitan pensar lo que han hecho hacía atrás, yo prefiero sentarme y dejarme claudicar por los recuerdos.
Fuimos y seremos lo más grande que existe, ojalá el tiempo no mate nuestros sueños..
Hay gente que puede hacer el mundo mejor, yo creo que con ustedes no hay nada mejor que haberlos conocido.
Podré querer a alguien que he visto dos veces.
¿Pero enamorarme?
Naa!! el remate de fin de año...Espero verte luego.
-Oye viejo por que tan depre, si es año nuevo huevon hay que pasarla bien. Me pregunta un viejo amigo.
-Puta es que así es la hueva, siempre soy así pero este día me caga con cuatica.
-Vamos hombre si lo que viene ahora es lo mejor.
Siempre he tenido claro que el futuro es mejor que cualquier cosa, y el presente para que decir. Encuentro tan mediocre la persona que inventó la frase: “todo tiempo pasado fue mejor”, sinceramente pienso que lo más vital de todos está por verse.
3..2..1..feliz año!
26 diciembre 2005
Esto se me ocurrió así de repente, espero que nos vaya bien con la entretencion del corto.
Los espejos mienten.
Hace no mucho leí a Douglas Coupland autor, del libro The Second Chance, quien nos habla sobre el derrumbe generacional de una época. Esto lo veo bastante recurrente en los autores nacidos dentro de los 60 y 70´s, como es el caso de Fuguet, Gonzales y H. Rodríguez entre otros.
Debe ser complejo haber vivido una transición y un cambio de vida completamente radical. En el caso de Chile, por ejemplo, una dictadura y en el resto del mundo un millón de sucesos que fueron marcando la historia y el acercamiento a los distorsionados 90`s.
Aunque no es recurrente para nada de lo que escribí antes a lo que quiero llegar (tampoco sé muy bien para donde voy) en estas líneas, se me vino de golpe a la cabeza una conversación con mis tíos y padres mientras cenábamos en navidad.
Les mostré el guión, no terminado, del corto que vamos a realizar con unos vecinos, de los cuales uno estudia cine, lo que para mi es suficiente como para realizar el proyecto de verano, post 2005 concursos- tonteras varias.
Cuando se los mostré me dijeron que les había gustado un montón y sobre todo la parte del espejo (la primera historia del corto está basada en el cuento Sacándome el Uniforme). Luego la conversación se comenzó a dilatar a tal punto que empezaron a sacar sus propias reflexiones. En donde me decían que más de una vez se vieron al espejo y sintieron que la vida los llevó a caminos que jamás los habían imaginado, que los absorbió a tal punto que terminaron soñando otros ideales queriendo otras cosas.
Ahí me di cuenta que la historia no estaba tan mal encaminada como creía y que era un tema tan recurrente en los adultos como en los jóvenes.
¿Cumpliré mis sueños?
Eso debe ser una pregunta bastante repetida, tanto para mí en cuanto a lo que escribo o para muchas personas que están como yo. Ni estudiantes universitarios, ni escolares. O quien sabe si más de los que están en otro círculo se tiene que haber hecho esta interrogante.
Difícil debe ser darse cuenta que a lo mejor no se cumplieron los ideales de juventud y cuando ya mas viejo, entrado al baño y verse quizás 15 o 10 años mas jóvenes, deciden ir a vencer imposibles con las mismas energías de un joven recién salido de la Universidad.
El cuerpo ya no es el mismo y te empieza a pasar la cuenta todo el carrete que te pegaste hace unos años atrás. Ahí es cuando comienzas a desistir de tú propósito de cambiar el mundo, de demostrar que el sistema es vulnerable y atacable. Los de tu generación raramente te los encontraste en la misma parada tuya así que te fue más fácil, por unos segundos, idear todo un plan para hacer validos tus sueños.
Cuando el cuerpo ya no fue el mismo, llegaste a tú casa y tiraste lejos todos los papeles de tú empresa, te metiste al baño, te miraste al espejo y comenzaste lentamente a sacarte la ropa. Pensaste en todo lo que nunca lograste y de las otras pocas cosas que te costaron pero las ganaste, te quedaste con esas pocas que si te dieron realmente satisfacción.
Volviste a mirarte una vez más al espejo, como cuando eras joven y tenías toda una vida por delante, te miraste de la misma manera que cuando no lograste lo que querías, pero está vez la culpa no la tenían tus padres, tú señora, tus hijos, ni el sistema y la globalización. Ahora toda la culpa la tenía el espejo.
Los espejos mienten.
Hace no mucho leí a Douglas Coupland autor, del libro The Second Chance, quien nos habla sobre el derrumbe generacional de una época. Esto lo veo bastante recurrente en los autores nacidos dentro de los 60 y 70´s, como es el caso de Fuguet, Gonzales y H. Rodríguez entre otros.
Debe ser complejo haber vivido una transición y un cambio de vida completamente radical. En el caso de Chile, por ejemplo, una dictadura y en el resto del mundo un millón de sucesos que fueron marcando la historia y el acercamiento a los distorsionados 90`s.
Aunque no es recurrente para nada de lo que escribí antes a lo que quiero llegar (tampoco sé muy bien para donde voy) en estas líneas, se me vino de golpe a la cabeza una conversación con mis tíos y padres mientras cenábamos en navidad.
Les mostré el guión, no terminado, del corto que vamos a realizar con unos vecinos, de los cuales uno estudia cine, lo que para mi es suficiente como para realizar el proyecto de verano, post 2005 concursos- tonteras varias.
Cuando se los mostré me dijeron que les había gustado un montón y sobre todo la parte del espejo (la primera historia del corto está basada en el cuento Sacándome el Uniforme). Luego la conversación se comenzó a dilatar a tal punto que empezaron a sacar sus propias reflexiones. En donde me decían que más de una vez se vieron al espejo y sintieron que la vida los llevó a caminos que jamás los habían imaginado, que los absorbió a tal punto que terminaron soñando otros ideales queriendo otras cosas.
Ahí me di cuenta que la historia no estaba tan mal encaminada como creía y que era un tema tan recurrente en los adultos como en los jóvenes.
¿Cumpliré mis sueños?
Eso debe ser una pregunta bastante repetida, tanto para mí en cuanto a lo que escribo o para muchas personas que están como yo. Ni estudiantes universitarios, ni escolares. O quien sabe si más de los que están en otro círculo se tiene que haber hecho esta interrogante.
Difícil debe ser darse cuenta que a lo mejor no se cumplieron los ideales de juventud y cuando ya mas viejo, entrado al baño y verse quizás 15 o 10 años mas jóvenes, deciden ir a vencer imposibles con las mismas energías de un joven recién salido de la Universidad.
El cuerpo ya no es el mismo y te empieza a pasar la cuenta todo el carrete que te pegaste hace unos años atrás. Ahí es cuando comienzas a desistir de tú propósito de cambiar el mundo, de demostrar que el sistema es vulnerable y atacable. Los de tu generación raramente te los encontraste en la misma parada tuya así que te fue más fácil, por unos segundos, idear todo un plan para hacer validos tus sueños.
Cuando el cuerpo ya no fue el mismo, llegaste a tú casa y tiraste lejos todos los papeles de tú empresa, te metiste al baño, te miraste al espejo y comenzaste lentamente a sacarte la ropa. Pensaste en todo lo que nunca lograste y de las otras pocas cosas que te costaron pero las ganaste, te quedaste con esas pocas que si te dieron realmente satisfacción.
Volviste a mirarte una vez más al espejo, como cuando eras joven y tenías toda una vida por delante, te miraste de la misma manera que cuando no lograste lo que querías, pero está vez la culpa no la tenían tus padres, tú señora, tus hijos, ni el sistema y la globalización. Ahora toda la culpa la tenía el espejo.
24 diciembre 2005
Narnia.
Ayer fui al teatro a ver las crónicas de Narnia y sentí que entré al ropero una vez más como de costumbre, me di cuenta que se me había olvidado una gran parte del libro y no podía hilar bien los acontecimientos, me olvidé por un segundo de la persona que estaba acompañando y me acordé que alguna vez entré al ropero como Edmundo y sus otros hermanos, que alguna vez me dio miedo la oscuridad y me compraba todas las historias de mi abuelo( el es muy a lo Ewan Mc gregor en big Fish), cuando me aterraba subir al entretecho o pasear en la noche por la parcela o los largos pasillos de la casa .
La obra seguía pasando y yo ya estaba otra vez en la parcela de mi abuelo, sacándole sus antiguos uniformes y condecoraciones o escondiendo tesoros y jugando a los piratas pero con espadas de verdad. Allí tenía mi mundo, como el de Narnia, donde podía ser un caballero, un pirata, un soldado o cualquier cosa que se me viniera a la cabeza.
Ahí era tan fácil soñar, ser lo que uno quisiera, nadie te molestaba y podías hacer lo que se te diera la verdadera gana pero con nada, con unos cuantos palos, unas frutas sacadas de los árboles podías ser feliz en ese mundo donde el tiempo era paralelo, donde no te molestaban los edificios y te hacían sentir pequeño, ahí podías ver el sol desde que salía de la cordillera hasta que se escondía entremedio de los árboles, el olor a tierra húmeda y las conversaciones surrealistas a los pies de la chimenea. Todo eso se había ido.
Luego todos se pararon para aplaudir la obra, gritaban felices, pensé por un instante que el publico también entró al mismo trance que yo y se habían acordado de entrar al ropero, se habían acordado que alguna vez fueron niños.
-Sebastián ¿te gustó la obra? Me preguntó mi acompañante
-Sí demasiado, me hizo acordarme del libro. Respondí
-Te tinca que nos vayamos a comer un completo. Le pregunté.
Aún estaba en un trance producto de la obra, me volvía loco pensar que ya no había nada de ello.
Le estaba haciendo una invitación a la chica que me había traído hasta acá como de una manera agradecerle lo que había hecho por mi, por hacerme abrir los ojos y llevarme gratuitamente al lugar donde se guardaban todos mis sueños.
Después de los completos no pasó nada muy interesante, pero aún seguía con las imágenes de mis juegos y aventuras, de las historias que mi abuelo me contó o que simplemente me enseñó que para soñar no se necesitan alas , tan solo era cosa de leer un poquito y tener voluntad para dejarse llevar, para despegar el cuerpo del suelo.
Desde esa conversación que creo que fueron las últimas antes de venirme a Santiago, jamás leí tanto como lo hago ahora.
Sentía que no podía irme a acostar sin antes darle las gracias a quien me ayudó a fabricar mi armario, con quien construimos nuestro mundo, como el de Narnia, con quien conversábamos largas horas de cosas fantásticas, donde lo único fantástico era él con sus relatos mezclados con libros y un poco de historia del mundo para que así aprendiera algo de todo es. No podía cerrar mis ojos sin antes despedirme de el.
Tome el teléfono y marque larga distancia, comienza a sonar el pitito, estoy ansioso de saber que al otro lado se pondrá muy feliz de escuchar mi voz. Pero mientras sonaba el pito y yo esperaba, me empecé a dar cuenta que había esperado mucho tiempo para darle las gracias.
Colgué y volví a llamar un montón de veces, pero nunca contestó.
11 diciembre 2005
Tenía que escribir algo, poco inspirado pero había que poner algo ...
Unplugged.
Mañana me desenchufo, cambio todo lo relacionado con la ciudad, lo urbano y parto a la playa. Tengo algo especial con la playa, no sé realmente que es, talvez sea por mi signo o la inmensa paz y nostalgia que me trae el solo hecho de mirar ese mar eterno e indomable.
Mañana comienzo el viaje, hacia el centro, hacia donde mis pies quieran llegar.
Lo que no he querido olvidar es un lápiz y una agenda, ahí pienso escribir un intento de novela sobre el cambio de mundos, el salir de IV ½ y enfrentarse a la realidad, a un sistema que esta con la boca abierta como si fuera una gran maquina tritura papeles esperando devorarte.
Ojala todo salga bien.
Dicen que para desaparecer hay que haberse encontrado primero, yo ya me encontré el año pasado en isla negra…Ahora desaparezco.
Unplugged.
Mañana me desenchufo, cambio todo lo relacionado con la ciudad, lo urbano y parto a la playa. Tengo algo especial con la playa, no sé realmente que es, talvez sea por mi signo o la inmensa paz y nostalgia que me trae el solo hecho de mirar ese mar eterno e indomable.
Mañana comienzo el viaje, hacia el centro, hacia donde mis pies quieran llegar.
Lo que no he querido olvidar es un lápiz y una agenda, ahí pienso escribir un intento de novela sobre el cambio de mundos, el salir de IV ½ y enfrentarse a la realidad, a un sistema que esta con la boca abierta como si fuera una gran maquina tritura papeles esperando devorarte.
Ojala todo salga bien.
Dicen que para desaparecer hay que haberse encontrado primero, yo ya me encontré el año pasado en isla negra…Ahora desaparezco.
02 diciembre 2005
No sabía que poner así que puse cualquier cosa que tenía aquí...
Y esta va por los amigos.
Es difícil comenzar a contar todo desde un principio, siempre hay lagunas en la memoria, cosas que no recuerdas, pero aún así están. Siempre va haber alguien que te las recuerde, un amigo, tu vecino, no sé. Aunque nunca las van a contar como las viviste, siempre hay matices que cambian. Es como cuando aprietas Rec y comienzas a actuar, el director detrás va a esperar que hagas lo mas cercano a lo que el quiere, pero nunca, nunca va a ser lo mismo. Creo que así somos todos, actores en la película de nuestras vidas. He conocido muchas personas que quieren hacer de sus historias tramas interesantes, extremas. Como para tener algo que contar a sus nietos. Nosotros somos los mejores actores de estas tablas, todos fingiendo ser alguien que no son, con mascaras para que no los reconozcan, para que no descubran sus vulnerabilidades. Porque todos en cierta medida somos débiles, siempre hay algo que nos puede llegar profundo, que nos corroa el alma. De eso podemos estar seguros, de que tenemos alma, sino no perderíamos peso al morirnos, a veces me imagino el cielo como una gran jarana donde todos van a pasarlo bien. Sería un carrete inolvidable, gratis y mas encima para siempre, con Elvis animando al publico, me imagino que el allá debe ser el don francisco del cielo.
Pero yo estaba en mi cielo personal, ahí bajo la tina con el agua hasta el tope, preparándome para ir otra noche más a la casa de Gonzalo, el es uno de los pocos amigos que les puedes contar todo, siempre te salen con una respuesta y son de esas que te dejan aliviado. “no te preocupes”, “pasará lo que tenga que pasar” esas eran, creo yo, sus frases para el bronce, siempre terminaba un consejo con eso, así lo remataba todo y te podía dejar tranquilo. Gonzalo era de esos chicos, que lo tienen todo, auto, departamento, plata para el mes completo y todas esas cosas que un universitario con poca plata querría. No lo envidiaba puesto que compartía todo lo que tenía, tan así que sus cosas eran de propiedad pública. Pocas veces recuerdo haber ido a su departamento y encontrarlo vacío.
Miguel se encargaba de las drogas, no de las blandas claro. La marihuana ya estaba fuera de nuestros límites de extremidad, eso era para los niños del colegio, nosotros queríamos más. Era nuestro cabrón del placer, siempre llegaba donde Gonzalo con bolsas de coca, pero había que dar algo a cambio, él no soltaba así como así lo que le robaba al hermano mayor. Un reloj si estabas muy urgido ya era suficiente para degustar algunas líneas del polvito mágico o minas, a Miguel jamás le faltaron las minas, les caían como perros a los pies del amo. Por ahí creo haber escuchado que Sofía estuvo con él, pero luego descartamos la posibilidad ya que hacía un mes que estaba saliendo con Gonzalo, nunca los vi juntos por cierto.
Con Sofía éramos compañeros en el colegio, pero después de su embarazo en donde nadie supo quien era el responsable, porque de eso se encargo su mamá. No de encontrar al autor del hecho, porque ella no decía nada acerca del padre de la guagua, sino de humillarla. No encontró nada mejor que destrozarla frente a toda la formación del alumnado en el colegio.
Después de esa gran polémica abortó, luego la echaron y sus padres se encargaron de borrarla del mapa. Nunca más volví a saber de ella, hasta ahora…
Me fui en las micros amarillas, ya estaban casi extintas, pero aún así las prefería porque iban mas rápido que toda la otra tracalada de maquinas del Transantiago. No estoy acostumbrado a los cambios, supongo que ningún chileno lo está, somos bastante tradicionalistas después de todo, cualquier señal de progreso nos da miedo o simplemente lo criticamos hasta destruirlo. Porque esa es otra cualidad, lo desconocido a pesar de ser emocionante y excitante, nos aterra.
El chofer me obligó a pagar el pasaje completo, me di cuenta que con las únicas personas con las cuales no puedo discutir es con un chofer de micro. Soy una persona valiente, en algunos casos, pero el bate de béisbol que estaba a un costado de su asiento fue suficiente para quedarme callado y sentarme bien cerca de él. Así me estaba aferrando al mejor seguro de vida, cualquier asaltante seguramente caería bajo el poder de esas grandes manos y el bate claro.
-Hasta aquí llegamos joven.- Me dijo
-¡Gracias tío!- le grite mientras me bajaba
El pobre hombre debe ser tío de la mitad de los jóvenes de Santiago y después de todo no me pareció un hombre tan malo. Cuando paramos en un semáforo lo pude ver con claridad, se veía cansado y seguramente andaba por los 60. Ahí le perdí el miedo y me vine conversando todo el recorrido hasta acá, hasta tú casa Sofía.
-¿Y no ibas donde Gonzalo?- me dijo, el debe estar furia porque no fui, me estaba esperando hacía rato. Pero ya que llegaste quedémonos aquí entonces.
-Es que….no me di cuenta y termine llegando hasta tú casa, pero ya que invitas.
Sofía se veía algo misteriosa, los rumores eran ciertos, sin duda alguna estaba con Gonzalo. Pero algo se tramaba. Tengo cierta facilidad para descubrir los planes ajenos y aquí había gato encerrado.
-Hace tiempo que te estaba esperando. Sabes, cuando íbamos en el colegio me gustabas mucho, creo que hasta te dediqué unas paginas en mis cuadernos.- Comenzaba a reírse y a arreglarse el escote.-Que irónico, y pesar que ahora me terminé metiendo con tú mejor amigo. Porque eso lo sabías, ¿cierto?
- Claro, el me había contado hace un tiempo atrás- Mentí
- Pero mejor no hablemos del, esta noche es de los dos. Me dijo y se acercó un poco más hacia a mi.- Tengo algo de lo de Miguel, ¿Quieres?
-No gracias, mejor me voy.
Sabía que había algo detrás de todo esto, no puedo engañar a un amigo. Seguramente con lo dopada que está, porque se le nota demasiado, nunca recuerde este momento. Pero la conciencia es más fuerte, tengo ganas no lo niego. Aún así me puedo aguantar hasta mi casa, y volver a mi cielo interno, el de la tina. Ahí abajo donde todo es más lento, y los sonidos se escuchan lejanos y distorsionados, ahí esta el verdadero placer, sin Elvis gritando por el concurso. Tan solo ahí en mi tina.
-Muchas gracias por todo Sofía, pero tengo que ir a darme un baño a mi casa. Le dije.
-Pero te lo puedes dar perfectamente acá, yo no tengo problemas.
-Está bien, ya que insistes…
Y esta va por los amigos.
Es difícil comenzar a contar todo desde un principio, siempre hay lagunas en la memoria, cosas que no recuerdas, pero aún así están. Siempre va haber alguien que te las recuerde, un amigo, tu vecino, no sé. Aunque nunca las van a contar como las viviste, siempre hay matices que cambian. Es como cuando aprietas Rec y comienzas a actuar, el director detrás va a esperar que hagas lo mas cercano a lo que el quiere, pero nunca, nunca va a ser lo mismo. Creo que así somos todos, actores en la película de nuestras vidas. He conocido muchas personas que quieren hacer de sus historias tramas interesantes, extremas. Como para tener algo que contar a sus nietos. Nosotros somos los mejores actores de estas tablas, todos fingiendo ser alguien que no son, con mascaras para que no los reconozcan, para que no descubran sus vulnerabilidades. Porque todos en cierta medida somos débiles, siempre hay algo que nos puede llegar profundo, que nos corroa el alma. De eso podemos estar seguros, de que tenemos alma, sino no perderíamos peso al morirnos, a veces me imagino el cielo como una gran jarana donde todos van a pasarlo bien. Sería un carrete inolvidable, gratis y mas encima para siempre, con Elvis animando al publico, me imagino que el allá debe ser el don francisco del cielo.
Pero yo estaba en mi cielo personal, ahí bajo la tina con el agua hasta el tope, preparándome para ir otra noche más a la casa de Gonzalo, el es uno de los pocos amigos que les puedes contar todo, siempre te salen con una respuesta y son de esas que te dejan aliviado. “no te preocupes”, “pasará lo que tenga que pasar” esas eran, creo yo, sus frases para el bronce, siempre terminaba un consejo con eso, así lo remataba todo y te podía dejar tranquilo. Gonzalo era de esos chicos, que lo tienen todo, auto, departamento, plata para el mes completo y todas esas cosas que un universitario con poca plata querría. No lo envidiaba puesto que compartía todo lo que tenía, tan así que sus cosas eran de propiedad pública. Pocas veces recuerdo haber ido a su departamento y encontrarlo vacío.
Miguel se encargaba de las drogas, no de las blandas claro. La marihuana ya estaba fuera de nuestros límites de extremidad, eso era para los niños del colegio, nosotros queríamos más. Era nuestro cabrón del placer, siempre llegaba donde Gonzalo con bolsas de coca, pero había que dar algo a cambio, él no soltaba así como así lo que le robaba al hermano mayor. Un reloj si estabas muy urgido ya era suficiente para degustar algunas líneas del polvito mágico o minas, a Miguel jamás le faltaron las minas, les caían como perros a los pies del amo. Por ahí creo haber escuchado que Sofía estuvo con él, pero luego descartamos la posibilidad ya que hacía un mes que estaba saliendo con Gonzalo, nunca los vi juntos por cierto.
Con Sofía éramos compañeros en el colegio, pero después de su embarazo en donde nadie supo quien era el responsable, porque de eso se encargo su mamá. No de encontrar al autor del hecho, porque ella no decía nada acerca del padre de la guagua, sino de humillarla. No encontró nada mejor que destrozarla frente a toda la formación del alumnado en el colegio.
Después de esa gran polémica abortó, luego la echaron y sus padres se encargaron de borrarla del mapa. Nunca más volví a saber de ella, hasta ahora…
Me fui en las micros amarillas, ya estaban casi extintas, pero aún así las prefería porque iban mas rápido que toda la otra tracalada de maquinas del Transantiago. No estoy acostumbrado a los cambios, supongo que ningún chileno lo está, somos bastante tradicionalistas después de todo, cualquier señal de progreso nos da miedo o simplemente lo criticamos hasta destruirlo. Porque esa es otra cualidad, lo desconocido a pesar de ser emocionante y excitante, nos aterra.
El chofer me obligó a pagar el pasaje completo, me di cuenta que con las únicas personas con las cuales no puedo discutir es con un chofer de micro. Soy una persona valiente, en algunos casos, pero el bate de béisbol que estaba a un costado de su asiento fue suficiente para quedarme callado y sentarme bien cerca de él. Así me estaba aferrando al mejor seguro de vida, cualquier asaltante seguramente caería bajo el poder de esas grandes manos y el bate claro.
-Hasta aquí llegamos joven.- Me dijo
-¡Gracias tío!- le grite mientras me bajaba
El pobre hombre debe ser tío de la mitad de los jóvenes de Santiago y después de todo no me pareció un hombre tan malo. Cuando paramos en un semáforo lo pude ver con claridad, se veía cansado y seguramente andaba por los 60. Ahí le perdí el miedo y me vine conversando todo el recorrido hasta acá, hasta tú casa Sofía.
-¿Y no ibas donde Gonzalo?- me dijo, el debe estar furia porque no fui, me estaba esperando hacía rato. Pero ya que llegaste quedémonos aquí entonces.
-Es que….no me di cuenta y termine llegando hasta tú casa, pero ya que invitas.
Sofía se veía algo misteriosa, los rumores eran ciertos, sin duda alguna estaba con Gonzalo. Pero algo se tramaba. Tengo cierta facilidad para descubrir los planes ajenos y aquí había gato encerrado.
-Hace tiempo que te estaba esperando. Sabes, cuando íbamos en el colegio me gustabas mucho, creo que hasta te dediqué unas paginas en mis cuadernos.- Comenzaba a reírse y a arreglarse el escote.-Que irónico, y pesar que ahora me terminé metiendo con tú mejor amigo. Porque eso lo sabías, ¿cierto?
- Claro, el me había contado hace un tiempo atrás- Mentí
- Pero mejor no hablemos del, esta noche es de los dos. Me dijo y se acercó un poco más hacia a mi.- Tengo algo de lo de Miguel, ¿Quieres?
-No gracias, mejor me voy.
Sabía que había algo detrás de todo esto, no puedo engañar a un amigo. Seguramente con lo dopada que está, porque se le nota demasiado, nunca recuerde este momento. Pero la conciencia es más fuerte, tengo ganas no lo niego. Aún así me puedo aguantar hasta mi casa, y volver a mi cielo interno, el de la tina. Ahí abajo donde todo es más lento, y los sonidos se escuchan lejanos y distorsionados, ahí esta el verdadero placer, sin Elvis gritando por el concurso. Tan solo ahí en mi tina.
-Muchas gracias por todo Sofía, pero tengo que ir a darme un baño a mi casa. Le dije.
-Pero te lo puedes dar perfectamente acá, yo no tengo problemas.
-Está bien, ya que insistes…
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