Viaje espacial
No perdía nada intentándolo de nuevo, tomó su casco, su capa y entró al orificio que lo llevaría a la luna por un rato.
Suspendido en el aire y con los ojos bien cerrados, recordó las palabras de su padre.
El viento en la cara lo hizo volver al día en que sacó los tres mil pesos bajo el colchón y el bolso que llevaba mucho tiempo arreglado. El día en que Ricardo decidió irse de la casa.
Sentía la gravedad en su cuerpo, la red de contención se hacía más grande. Iba a caer.
El Mapocho esconde más cosas de las que parece, ahí habitan los NN y Ricardo era uno más. Pero él quería aplausos. Y los tuvo.
Se levantó de la red y abrió los ojos.
Silencio.
“Ya Richi, ese estuvo bueno, vamos otra vez”.
Bajó de la red y tocó la cicatriz que cruzaba toda su espalda y, en un circo vacío, una lágrima se camufló en el maquillaje del hombre bala.
1 comentario:
:O..
Pos hombre q no pierdes el tiempo!!
Saludos.Cuidate.
Chau.
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