10 mayo 2007

Té Para tres

Entrada la tarde, cuando todos apagan los computadores de las oficinas y cierran los cajones de sus escritorios y se aglomeran las personas como hormigas en azúcar en el metro, Roberto Lira la esperaba como de costumbre en el bar de Republica. Aquel era el lugar de encuentro. Sus trajes formales no se camuflaban con los desarreglados universitarios, de todas maneras nadie mayor de treinta años se atrevería a entrar a ese tugurio.

Roberto pidió lo de siempre, un whisky del más barato con dos hielos y para ella un vaso de Coca – Cola. Varias veces pensó en echarle algo al vaso para que ella se decidiera de alguna vez. Pero sólo se sentó al lado de la ventana que daba a la calle a esperar.

-Hola Roberto – dijo acelerada – no pensé que me demoraría tanto es que mi jefe…

-No te preocupes – respondió él – lo importante es que ya estás acá. Te pedí lo de siempre.

-Gracias, pero hoy no, quiero tomar algo más fuerte.

Llamó al mozo y le pidió un Bloody Mary, él muy gentil le respondió que no vendían tragos tan sofisticados. Entonces, pidió el whisky más caro – Con dos hielos porfavor, igual que él – agregó.

- Que rico verte, hay tantas cosas que tengo que decirte. Martín se va de viaje con los niños este fin de semana, a la casa de su mamá en Temuco. Me quedo completamente sola y pensaba….

- No, se acabó. Me aburrí de mentir.

- Pero no le mientes a nadie.

- Me aburrí de ser el hueón buena onda, la reunión de trabajo, la ida al gimnasio, el happy hour con tus amigas…me canse de ser la excusa.

- Martín yo creo que ya sospecha.

-Espérate un segundo, ¿todavía no le dices nada?, Andrea, por favor, llevamos más de un año así, encontrándonos donde mismo y tomando lo mismo de siempre, tú hablando de tus niños y yo hablándote de que mi casa se hace demasiado grande con el tiempo…que podrías perfectamente….

- Es que Roberto….entiéndeme, para mí no es fácil

- Para mi tampoco y por eso no entiendo porqué no le dices de una vez por todas a ese sinvergüenza que estás conmigo.

- Me da miedo…

- Le tienes miedo a la paliza…

- No es eso…es que….

-Estás confundida…

- No sé…

- Nunca sabes nada…

- Te amo – respondió ella.

- ¿Quieres otro whisky? – preguntó Roberto.

- No me salgai con otras hueás – respondió furiosa Andrea – no te das cuenta que lo arriesgo todo estando contigo.

- Pero aún así no quieres perder ni pan ni pedazo, arriesgas lo uno o lo otro, pero nunca pierdes…tú nunca pierdes.

Algo vibra en la mesa, es el teléfono de Andrea. Contesta.

- Aló…Señora Olguita, cuénteme, qué pasa…Cómo que no hay nada para la comida…Ingéniesela pues… Martín debió de haber llevado la mercadería… Cómo que no está… ¿le dijo algo?...Ya…déle la papa al Mati…ya…igual usted... Chao…

Dejó el celular en la mesa y pidió la cuenta al mozo. Tomó su cartera y miró algo desesperada. Esperaba que Roberto digiera algo. Silencio Incomodo. Andrea de pie lo miró con ojos de pena.

-Me tengo que ir – dijo Andrea.

-Ya me di cuenta – respondió Roberto – ¿nos veremos luego?

-Quien sabe…

-Tú nunca sabes nada…

- De eso sí estoy segura…

Andrea se dio media vuelta y bajó las escaleras. Un par de estudiantes ebrios se dieron vuelta para mirarle el trasero. Sonrieron. Ella no se percató.

Por la ventana Roberto vio un auto blanco estacionado frente al bar. Andrea caminó en esa dirección. Se bajó un hombre de mediana estatura, se saludaron de beso en la boca. Ella subió y el también. Estuvieron detenidos unos quince minutos. Luego, se encendió el motor y un fuerte ruido de neumáticos se sobrepuso a la bulla del lugar. Aceleró a fondo, pasó un semáforo en rojo y se perdió entre los árboles y la tenue oscuridad.

Roberto sonrió con maldad.

- Mozo…Un whisky del mismo con dos hielitos y un vaso de Coca - Cola por favor.

2 comentarios:

Chabi Cádiz dijo...

Holi, si claro que me acuerdo...
Saludos Sebastian , entretenido escrito :)

Cádiz

Pía dijo...

Hace tiemp que no sabía del Bloddy Mary, desde Mala Onda jajaja.
Saludos, chau, cuidate.

:)