31 agosto 2006

Vetado

Eran celos, estoy seguro que los eran. Tenía la necesidad de correr, de perderme entre la multitud y entre todas las luces de neón que adornaban la puta ciudad. Estaba tan seguro que era ella, pero precisamente no estaba conmigo, era él quien completaba las horas vacías de su tiempo, el que no lo llenaba conmigo. “Imbécil”, pensé, “cómo fui capaz de que se me escapara de las manos”.
El cielo se empezaba a nublar y las primeras gotas del invierno comenzaban a caer sobre la gris ciudad. Yo, sólo quería desaparecer. No aguantaba este sentimiento, golpeaba las paredes y a la gente que pasaba a mí alrededor. De pronto, en una disquera sonaba a todo ritmo Careful with that Axe, Eugene de Pink Floyd. De apoco las cosas fueron más claras. Tomé el hacha de mi vecina. El resto es historia

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que no quiero postear acerca de lo que escribirte, sólo decir que no me gustan los celos (a veces =P)

Segundo, pero no menos importante... te quiero mucho feo...

Tercero... me enfermé

Cuarto... te echo de menos

Bueno... beso...

aió!

Anónimo dijo...

Ufff!!!..
Juerte,juete jajjaj..
Corto, pero llega directo.
Buèh..
Chau.Cuidate.
*PI*

Tomás dijo...

Bravo!