29 abril 2006

Una columna de opinion. En fin no tenía que subir y Simón se fue a dormir...COn todo respeto el escrito.

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La historia que conmovió a chile
Secreto en Puente Alto


El crimen parecía perfecto, el asesino dejaba huellas en su acto. El descuartizado era como el William Wallace en Corazón Valiente. Igual que el héroe, estaba repartido por las periferias de la ciudad. La diferencia, esto no es Escocia, esto es la realidad de Santiago.
Un caso más en los archivos de Investigaciones y de otros estamentos gubernamentales. Una historia más que contar, el secreto de un asesino, que, como una olla a presión. Ya no se puede contener.

Jorge Martínez se pasea por su casa, todo aparentaba estar bien, pero algo en lo profundo le preocupa. Su señora y sus hijas le sonríen, eso lo desconcierta aún más.
“Se me pasó la mano. Quedó la cagá” piensa.
Es tanta su preocupación que decide escribir esos pensamientos que le remuerden el alma. Sus cartas -A nadie- las esconde bajo siete llaves en su distribuidora de helados que, aparte de helados, tiene restos de Hans.

–Cuidado con comprar helados en la calle, en una de esas vienen con sorpresas-.

Martínez ya no aguanta más, la olla va a explotar. Siente que algo grande se aproxima y él es el objetivo.

Irrumpen carabineros, entran con escándalo. Jorge toma su pistola y corre al patio. No aguanta más, siente que lo vienen persiguiendo los monstruos de su culpa, las cartas toman forma y Hans, su amante, viene con ellos.
En su desesperación, toma el arma y se apunta. En segundos, todo se le vino abajo.


Esta es una más de las historias pasionales que van llenando los titulares en los diarios y la televisión. La homosexualidad cae, nuevamente, en la palestra y salen a la luz múltiples opiniones. Actos sicopáticos, degenerados y una serie de apodos o etiquetas que vienen al caso para generalizar esta condición.

Vivimos en una sociedad que discrimina y rechaza, somos parte de un círculo vicioso que pasa de generación en generación. El pensamiento intolerante del Chile en que vivimos, conlleva a que muchas personas se vean obligadas a tener una doble situación.
Martínez tenía otra condición sexual, pero se sentía tan privado de expresarlo que se vio en la obligación de llevar una doble vida, una heterosexual y la que todo el país conoció trágicamente, la homosexual.

Estas historias -que bien podrían dar para escribir una novela al puro estilo de Gustavo Adolfo Bécquer, con un final a lo Edgard Alan Poe- cuando las escuchamos, se nos ponen los pelos de punta, tratamos de no hablar mucho el tema y la homosexualidad es algo que no se puede decir a viva voz cuando uno va en el metro. Estas historias a la vez nos encantan, cuando nadie nos oye alrededor las comentamos con el amigo de al lado, con la señora que acompaña a la amiga a comprar al supermercado o con el jefe del trabajo en el happy hour.
Si saliera la novela de Hans Pozo –podría afirmar que el libro sería éxito de ventas-, seguramente entrarían a la biblioteca camuflados, de la misma manera que un niño va al quiosco a comprar la revista porno de fin de mes.
Estas historias a medio Chile entretiene, pero cuando nadie los ve.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

esta un poco usao el tema pues...
chau
*PI*
:)

Anónimo dijo...

Se espera a Simon..*PI*

Guerreros de la Luz dijo...

....tu lo has dixo...es un tema que a todo el mundo le fascina siempre y cuando, nadie lo sepa ....
Un besote trupangas....un gustazo haberme encontrado contigo el otro dia...cuidate muxo...q te vaya muy pero muy bien....
Un beso...




CHAU!!!!

Remiso dijo...

saludos chico paniko.

Jóse Pinto dijo...

gRR me tienes tan metida con ver esa película ! :O
Saludos. Bike !

Tomás dijo...

No estaría bien tampoco aceptar la homosexualidad como algo normal. Pero creo que no es el punto del caso del descuartizado.

¿Cuál es entonces? Ni idea. Je.

Lo importante es que todos aprendamos a no andar descuartizando gente.