Llegué. La playa no fue igual que antes, nunca es igual. Pero esta vez fue todo distinto. Muchos juegos, pocas conversaciones, faltó hablar. Me vine, no quería pasar otra noche jugando cacho o tomando. Quería hablar, no se pudo. Fue distinto.
Pero a pesar de cruzar pocas palabras con mis amigos, los últimos cinco días que estuve lo pasé muy bien, converse como nunca antes lo había hecho, me reí, fui feliz.
Me luxé la nariz, tengo que verme un doctor, estoy preocupado, no pude arreglármela más y tú tampoco pudiste hacerlo y si hubieses podido, me daba miedo.
Te fuiste y quedé incompleto, me quedé callado, no había con quien hablar, te extrañaba.
No aguanté y me vine a Santiago, mi casa estaba vacía, me sentí solo, seguía sin hablar, extrañando. Contigo las cosas son distintas, de otro color.
Te echo de menos.
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