Estoy en un proceso de sequía creativa. No me salen más de dos líneas coherentes. El resto es un hilar sin una maquina de cocer, el rumbo de las palabras no tienen ningún significado, por lo menos que yo se lo encuentre. Será, probablemente, el exceso de cosas, o el no hacer nada. Yo creo que es el no hacer nada lo que me tiene tan desenfocado y poco conectado con las historias, con los cuentos. Porque en la Universidad de tanto escribir, siempre afloraban historias. Ahora nada.
A pesar de todo, no me preocupa, porque sé el remedio para la no creación y está en leer y en escribir. Escribir aunque salga mal, como todo lo que he escrito últimamente. Pero intentarlo más seguido. Poner pies forzados, frases, como las que está antes de esto, para comenzar historias. El problema es que el no hacer nada llama a no hacer nada, y esa flojera consume y te consume el tiempo. Tampoco puedo prometer escribir más, porque me tiene que nacer. Aunque es una rutina forzada el escribir, no puedo hacerlo por la misma flojera.
Yo creo que en este blog, he perdido credibilidad, porque prometí que iba a publicar el reportaje de la cárcel y hacer historias con los reos. Pero la situación era más delicada. Porque estoy jugando con historias que no me pertenecen y que aún no me han dado el permiso para tergiversarlas o para publicar el reportaje. Con mi amigo Felipe pensamos publicarlo en un medio, pero mientras no acepten todos los entrevistados que se les permita la publicación, esto no verá la luz. Salvo un par de personas que ya lo han visto.
En fin, mil disculpas por no haberlo hecho. Por haber prometido y no cumplido, hace harto tiempo que se me está pegando esa mala costumbre de decir mucho y hacer poco.
Hay que cambiar. Hay que escribir, hay que despertar. Sí, ya tengo que despertar.
A pesar de todo, no me preocupa, porque sé el remedio para la no creación y está en leer y en escribir. Escribir aunque salga mal, como todo lo que he escrito últimamente. Pero intentarlo más seguido. Poner pies forzados, frases, como las que está antes de esto, para comenzar historias. El problema es que el no hacer nada llama a no hacer nada, y esa flojera consume y te consume el tiempo. Tampoco puedo prometer escribir más, porque me tiene que nacer. Aunque es una rutina forzada el escribir, no puedo hacerlo por la misma flojera.
Yo creo que en este blog, he perdido credibilidad, porque prometí que iba a publicar el reportaje de la cárcel y hacer historias con los reos. Pero la situación era más delicada. Porque estoy jugando con historias que no me pertenecen y que aún no me han dado el permiso para tergiversarlas o para publicar el reportaje. Con mi amigo Felipe pensamos publicarlo en un medio, pero mientras no acepten todos los entrevistados que se les permita la publicación, esto no verá la luz. Salvo un par de personas que ya lo han visto.
En fin, mil disculpas por no haberlo hecho. Por haber prometido y no cumplido, hace harto tiempo que se me está pegando esa mala costumbre de decir mucho y hacer poco.
Hay que cambiar. Hay que escribir, hay que despertar. Sí, ya tengo que despertar.
1 comentario:
"Creen que si los escritores sufren serán mucho mejores. El sufrimiento es exactamente igual que cualquier otra cosa: si te dan demasiado, al cabo de un tiempo puedes hundirte.
Es el intento de escapar del sufrimiento lo que crea grandes escritores".
Charles Bukowski
lo encontre por ahiii...
sabes que siempre te leeré
no importa cuanto tiempo tenga q esperar.
;)
cuidateeee! bye!
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