01 diciembre 2007

"Quiero ver como se consumen frente a mis ojos todas esas memorias..."

escrito en una pared de la ex- carcel de Valparaiso

Nunca creí que podría anhelar más mi libertad. Tener la posibilidad de salir cuando yo quisiera de esas cuatro paredes, de dejar de escuchar historias de asesinos, violadores, ladrones. Es increíble el otro mundo, la otra historia, el encierro y la incapacidad de estar con tus seres queridos. Como lo dijo una psicóloga que entrevistamos con Felipe, un compañero, en la cárcel lo pierdes todo, destruyes tu vida y la familia.

Pronto escribiré un cuento de cada reo que entrevisté. Y se viene el reportaje, el mejor y más complicado que he hecho hasta ahora: “Sexo en la Cárcel”. Es terrible estar solo con un preso, en una pieza de cuatro por cuatro metros y que más encima se olviden que estás ahí adentro, la incertidumbre de que las preguntas lo podían alterar, como cambiaba su rostro cuando habían preguntas que no le gustaban, el gesto de sus manos, el movimiento de los ojos. Miedo y curiosidad.

Con esto el periodismo me gusta más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni en las pesadillas megustaría sentir un par de horas viviendo en las frías rejas de la cácel. En las noticias esuchamos "8 años le dieron a un violador en talca, pero puede llegar a 15". Te imaginai estar 15 años haciendo lo mismo todos los días. Se encerrado a las 4 de la tarde. Los días se harían aún más lento. La inocencia se pierde, la felicidad tambien. Aunque para muchos la cana ya es la segunda casa.
Entre las rejas se mueven los malos y los más malos. Allí todos se presentan como santos, aunque sus manos estén manchadas de sangre. Entre las rejas no hay ingenuos, todos se transforman en los más choros. Eso lo vivimos. Qué hubiésemos nosotros si nos tomaran en cana. A dentro no queda otra que aliarse con alguien y cuidarse las espaldas.

Adentro la vida es otra, el mundo es otro. Lo vimos, lo sentimos. Las familias están condenadas igual que los internos. Cómo nos explicamos que dentro de la carcel hayah matrimonios, sexo a la fuerza. Que desesperación, tormento.

Un gusto haber reporteado el tema. Ojalá que mejoramos el relato y pidamos las respectivas autorizaciones para hacer de esto algo publicable
Saludos Seba.

Anónimo dijo...

Ni en las pesadillas me gustaría sentir un par de horas viviendo en las frías rejas de la cácel. En las noticias esuchamos "8 años le dieron a un violador en talca, pero puede llegar a 15". Te imaginai estar 15 años haciendo lo mismo todos los días. Ser encerrado a las 4 de la tarde. Los días se harían aún más lento. La inocencia se pierde, la felicidad tambien. Aunque para muchos la cana ya es la segunda casa.
Entre las rejas se mueven los malos y los más malos. Allí todos se presentan como santos, aunque sus manos estén manchadas de sangre. Entre las rejas no hay ingenuos, todos se transforman en los más choros. Eso lo vivimos. Qué hubiésemos hecho nosotros si nos tomaran en cana. Adentro no queda otra que aliarse con alguien y cuidarse las espaldas.

Adentro la vida es otra, el mundo es otro. Lo vimos, lo sentimos. Las familias están condenadas igual que los internos. Cómo nos explicamos que dentro de la carcel hayan matrimonios, sexo a la fuerza. Que desesperación, tormento.

Un gusto haber reporteado el tema. Ojalá que mejoremos el relato y pidamos las respectivas autorizaciones para hacer de esto algo publicable
Saludos Seba.
.Atte Felipe Leiva