El último cigarro de los Hilton, tener una cajetilla y darse el lujo de fumar era un privilegio de muy pocos. Pero estaba ahí, tentativo, en la mesita bajo la ventana. Eran ya la once de la mañana y mi palomita aún no pasaba a buscar los discos de Pink Floyd que le había conseguido por medio de un amigo en el mercado negro, tendría que aceptarlo de algún modo u otro frente a ella, me habían costado un dineral.En la radio no dejaban de sonar Víctor Jara y Quilapallun, se me hacía imposible encontrar la sintonía de la radio Agricultura para que la voz metálica dentro de la cajita me diera las últimas noticias del acontecer nacional.Era extraño pero desde que desperté no sentía el bullicio de la gente del centro, esas personas que parecían hormigas caminando de un lado a otro sin cesar. El sol estaba radiante y entraba por la ventana cuya vista daba un costado de la moneda, todo parecía estar tranquilo y en completo orden, ese orden ya se me estaba haciendo poco particular. Algo pasaba y no andaba bien.Ya era un cuarto para las doce, el vicio me ganó, fui a la mesita y saqué el cigarro que estaba guardado hace días en su sobre rojo con blanco, arrugado como una pasa; sin embargo, era lo único que me quedaba.Ensimismado en la labor de encenderlo, sentí un estrepitoso ruido que hizo temblar todas las ventanas del departamento, parecían mas bien gritos que iban y venían, se apagaban en ciertos ratos pero luego volvían otra vez. Mire al cielo y vi dos halcones, con sus alas extendidas al sol, de un color metálico y brillante que enceguecían mis ojos, volaban alrededor de un nido de hormigas, cuyo interior parecía estar vacío. De un momento a otro estos rapaces halados se dejaron caer como peso muerto sobre estos cimientos y el ruido fue cacofónico, molesto para cualquier oído humano.Desde las alturas veía como todo se llenaba de humo en la ciudad, en ese instante comprendí como el smog también tenía su historia. El nido no estaba vacío en su totalidad, tras el fuerte choque de los halcones, comenzaron a salir todas las hormigas corriendo apresuradas hacia distintos lados. Torpes en su pasar, algunas caían y otras que simplemente no se levantaron más. Era un espectáculo de la naturaleza frente a mis ojos, la ley del mas fuerte. Parecía mas bien el juego de un niño tratando de quemar con una lupa los insectos del terrario.Los pájaros metálicos se volvieron a levantar y emprendieron nuevamente su vuelo, escondiéndose tras los cerros de concreto.El ruido cesó, luego vino un silencio de esos que llegan a doler los oídos. Miré nuevamente el nido ya destruido y corrió una brisa, un aire distinto con un olor especial, un olor a pólvora y cambio...
04 octubre 2005
-¿Por qué filmar una historia, cuando se puede escribir?¿Por qué escribirla, cuando se va a filmarla?-
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1 comentario:
Hola seba no se si te acuerdas de mi soy la Ann ... me meti a leer lo q estaba escrito y lo encontre muy bueno un beso y mxa suerte para este futuro q se te aproxima espero q te valla muy bn en tu nueva etapa suerte en la PSU besitos adios
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